Hoy les voy hablar de siria y de Alepo (حلب)
La Muralla en Alepo (قلعة حلب )
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Alepo, la legendaria, mi ciudad natal, se disputa con Damasco y Hamma el ser la ciudad, siempre habitada, más antigua del mundo; este título que suelen mencionar todos los estudios monográficos hechos sobre la ciudad puede dar una idea de la importancia histórica del lugar. Pero si queremos alguna opinión adicional, puede servirnos la de un experto arqueólogo que señaló: «De todas las ciudades sirias, Alepo es la que produce sobre el visitante la impresión más profunda». Esta antigua urbe es, sin duda, una visita obligada para todo viajero que desee conocer la esencia Siria y no cabe duda de que la ciudadela es su elemento más representativo.
El suk de Alepo (سوق المدينة) |
Alepo la blanca, construida con piedra marmórea del
color del nácar que brilla con el sol. Alepo, una ciudad cristiana que sin embargo
levanta al cielo los alminares de sus 300
Mezquitas y medersas. Por la mañana nos
despertarán las campanas del barrio cristiano, y los domingos veremos mujeres
con mantillas, niñas en trajes de organdí y hombres endomingados que al salir
de la iglesia dan limosna al mendigo como quiere la moral cristiana. Como toda
gran ciudad que se precie de su pasado, Alepo tiene un impresionante Museo Arqueológico,
pero lo más espectacular es su plaza, de corredores que suben y bajan y se
abren en plazoletas.
Alepo ha
encontrado en su plaza de mercado el corazón que bombea vida a la ciudad. Un
corazón muy activo, cuya bóveda salpicada de claraboyas por las que se escurre
el sol, cubre un juego infinito de callejuelas, pasadizos y tiendas. Un corazón
destinado no sólo a comprar y vender, sino también a ser punto de encuentro,
lugar de intercambio de ideas, escenario donde compartir información. No es el zuk de Alepo tan grande como los de El Cairo o Estambul, ni mucho menos, pero sí más hermoso
y, sobre todo, mucho menos turístico. Por ello, perderse en él permite
descubrir la esencia de este ovillo donde cada mercancía tiene su lugar. Aquí
los vendedores de libros. Allí los de perfumes y joyas. A este lado, los de
ropa. Un poco más allá, los de comida.
Es imposible, tras un tarde en este laberinto,
no desear sentarse a tomar un té, un café o un arguile
de tabaco aromático
La cocina Árabe es reconocida como una de las más completas del mundo,
sus ingredientes abarcan desde granos hasta vegetales, sin dejar de lado las
carnes y especias aromáticas que le dan un toque ancestral, desde los famosos tabaquitos hechos con hoja de uva, pasando por el kebbe (carne molida con trigo), tabbule (ensalada de perejil), shawarma (enrollados de carne o pollo en pan árabe), hasta las
exquisitas cremas de garbanzo, berenjena o pimentón,
entre tantas, han deleitado a más de uno, ganándose un respetable lugar de
preferencia en gente de diversas culturas.
El gusto por los platillos de Oriente Medio no es novedad, cada día
más restaurantes abren sus puertas para ofrecer múltiples opciones
gastronómicas con un éxito que se reafirma a través del tiempo. La historia de
la comida árabe se remonta a la época de los beduinos, los caminantes del desierto, quienes
basaban su dieta en una alimentación simple, con pocos productos vegetales y
casi ningún pescado. El plato fuerte de estos pueblos nómadas era sin duda, la
carne.
Las calles antiguas de Alepo (شوارع حلب القديمة)
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Tanto así, que hasta el famoso libro "Las
mil y una noches" menciona la afición a la gran cocina carnívora de
manera insolente y atrevida: "Las delicias se encuentran en tres cosas: en
comer carne, en cabalgar carne y en meter la carne en la carne". Desde
este punto de vista, la cocina árabe tenía una obsesión sangrienta y carnívora.
Pero las conquistas musulmanas, extendiéndose e incorporando tantos países,
hacen que los árabes entren en relación con la cocina bizantina, a través del
intercambio comercial con los productos exóticos de China e India previamente
adaptados por los persas.
De todos ellos heredan los árabes su obsesión por las especias, por
mezclar lo dulce con lo salado, así como su gusto por las grandes
presentaciones de platos. Esta cocina no se reduce a un país, sino que su
ámbito de influencia se extiende por el norte de África y Oriente próximo hasta
Irán. Todos los países del litoral Mediterráneo cuentan con una cocina más rica
y variada, sobre todo la elaborada en los hogares de Siria, Marruecos, Argelia,
Túnez, Libia, Egipto y el Líbano. En los siglos posteriores al VII, los árabes
fueron trayendo la caña de azúcar, la granada, el algodón,
la berenjena, el naranjo,
la morera, el almendro, el membrillo,
la palmera datilera y las alcachofas.
. Sentarse con la servilleta en el regazo, escoger los tenedores
dependiendo de la ocasión, cambiarlos de lugar según reglas de salón y demás
convencionalismos sociales. Nada de esto es necesario para disfrutar de la
verdadera gastronomía árabe. La comida árabe-siria
aplaude la libertad de usar los dedos, comer de una bandeja común, celebrar
cada comida como si de una fiesta se tratara, sentados en el piso sobre suaves
cojines, alrededor de una mesa llena de colores y sabores diversos.
Una comelona árabe no es lo mismo sin
un arguile (objeto que funciona como una pipa de
varias mangueras por donde se aspira el humo del tabaco que se coloca en su
base) el té de especias y la música tradicional que hace que los vientres se muevan instintivamente.
Es así como se comprueba a lo largo del tiempo el hechizo que encierra
la comida árabe, la cual sin conformarse con ser deliciosa, es además muy sana.
Su deleite envuelve los cinco sentidos, con aromas inigualables, agradable
presentación, suave textura, música de fondo lista para amenizar la ocasión, y
por supuesto un exquisito sabor al que resulta imposible resistirse. Finalizo
invitándole a degustar alguna exquisitez árabe y deseándole buen provecho, o
como se dice en árabe “Sajtén”
Casa
antigua en Alepo (بيوت حلب القديمة)
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Artesanía (الحرف اليدوية) |
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